jueves, 13 de noviembre de 2008

¿cual quieres? hay para todos los gustos!!!

éstas son reales...
propias de un carnaval



pero... ¿cuantas veces al día tenemos que utilizar la máscara imaginaria para ocultar nuestro semblante?

"Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro a la mitad del camino"

Sigmund Freud

8 comentarios:

  1. ...ay nena...que ultimamente voy con la lengua fuera, aunque sea tarde me paso por aqui...
    ...respecto de las máscaras te dire...que cada quien lleva la suya (las suyas), para sobrevivir y en algunos casos para no dañar...
    ...no se si son buenas o malas...pero a veces, nos protegen...quizá por eso no solemos dejarlas olvidadas por los rincones...
    ...un abrazo grandote y a cara descubierta...

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  2. si no me tuviera que proteger con una máscara en muchos momentos de mi vida no creo que pudiera salir adelante, no es cuestión de fingir, solo de sobrevivir y salvaguardar... aunque me pregunto ¿qué?
    Una abraçada gran manica mía
    Encarna

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  3. estas de carnaval son preciosas

    las otras..... uff prefiero quedarme hoy con estas

    un beso guapa

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  4. Preciosas las máscaras. La del semblante yo me la tengo que "poner" muchas veces... para poder seguir p'alante. Abrazos

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  5. disimular... casi que me quedo con la frase de Freud, pero yo tendría que ir a buscarla a su casa, besitos

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  6. Desde luego, a partir de la mitad del camino, estas mas cerca de ella.
    Pero hay que salir a andar.

    De las mascaras.... Personalmente tengo dos, la de fuera, que es de goma, bastante elastica y supra-gestual, Puede reir, puede llorar e incluso hablar, la otra lo mismo pero "pa dentro".
    Cuando se juntan, para bien o para mal, sale el monstruo que llevo a cuestas.
    Besos desenmascarados.
    Jesus

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  7. Hace poco me acusaron de usar una, por supuesto metafórica. Siempre he creído que jamás tuve dobleces, sin embargo parece que sí, aunque inconscientes, desde luego.

    Lucho desde entonces, cada día, por quitarme todas mis máscaras, pero siempre que veo alguna recuerdo el amargo momento en que me las descubrieron. Amargo de entonces, feliz de ahora, que creo no llevar ya ninguna.

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  8. Yo ya nací con máscara. Ni me molesta, oye...

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lo tomaré como un cumplido