éstas son reales...
propias de un carnaval
pero... ¿cuantas veces al día tenemos que utilizar la máscara imaginaria para ocultar nuestro semblante?
"Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro a la mitad del camino"
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles. - Bertolt Brecht
...ay nena...que ultimamente voy con la lengua fuera, aunque sea tarde me paso por aqui...
ResponderEliminar...respecto de las máscaras te dire...que cada quien lleva la suya (las suyas), para sobrevivir y en algunos casos para no dañar...
...no se si son buenas o malas...pero a veces, nos protegen...quizá por eso no solemos dejarlas olvidadas por los rincones...
...un abrazo grandote y a cara descubierta...
si no me tuviera que proteger con una máscara en muchos momentos de mi vida no creo que pudiera salir adelante, no es cuestión de fingir, solo de sobrevivir y salvaguardar... aunque me pregunto ¿qué?
ResponderEliminarUna abraçada gran manica mía
Encarna
estas de carnaval son preciosas
ResponderEliminarlas otras..... uff prefiero quedarme hoy con estas
un beso guapa
Preciosas las máscaras. La del semblante yo me la tengo que "poner" muchas veces... para poder seguir p'alante. Abrazos
ResponderEliminardisimular... casi que me quedo con la frase de Freud, pero yo tendría que ir a buscarla a su casa, besitos
ResponderEliminarDesde luego, a partir de la mitad del camino, estas mas cerca de ella.
ResponderEliminarPero hay que salir a andar.
De las mascaras.... Personalmente tengo dos, la de fuera, que es de goma, bastante elastica y supra-gestual, Puede reir, puede llorar e incluso hablar, la otra lo mismo pero "pa dentro".
Cuando se juntan, para bien o para mal, sale el monstruo que llevo a cuestas.
Besos desenmascarados.
Jesus
Hace poco me acusaron de usar una, por supuesto metafórica. Siempre he creído que jamás tuve dobleces, sin embargo parece que sí, aunque inconscientes, desde luego.
ResponderEliminarLucho desde entonces, cada día, por quitarme todas mis máscaras, pero siempre que veo alguna recuerdo el amargo momento en que me las descubrieron. Amargo de entonces, feliz de ahora, que creo no llevar ya ninguna.
Yo ya nací con máscara. Ni me molesta, oye...
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