La angustia de un mal sueño

¿Era real?... ¿era un sueño?

Extraña presencia en mi sueño.
Mi cuerpo físico quiso levantarse pero se resistió a ello. En realidad pensé que lo había hecho; fue tan real.
Mientras entré en el primer sueño... a mi lado un ser extraño, de pequeña estatura, buscaba algo entre mis cosas, hurgaba entre ellas con desesperación. El ruido me despertó, el calor que desprendía me hizo sentir miedo. Mis manos empezaron a moverse como si de espantar a un fantasma se tratara. No pude ver su cara, no se ni siquiera si la tenía. Mi miedo pudo con la curiosidad de saberlo. Después de un rato de insistencia por ambas partes, se cansó de hurgar y salió corriendo hacia la puerta. Mi cuerpo quedó inmovilizado en la cama durante un rato, oí girar la llave, y... tras el golpe, pude levantarme. Me apresuré, quería ver si había dejado algún rastro de su visita.
Ya en el pasillo, bajo la puerta pude ver la luz de la escalera, oí el golpe del portal al salir a la calle,
y la llave... fuera de la cerradura colgaba en el tornillo de la puerta.
El pasillo, camino a la habitación, se me hizo eterno, intenté que saliera mi voz para ser escuchada, pero mi esfuerzo fue en vano, mi voz era muda.

Tras una larga angustia, tuve que despertar para que se oyera mi grito, con el corazón exaltado y sin valor de comprobar donde estaba la llave.

Intentando conciliar el sueño de nuevo, mil preguntas rondaban por mi mente.

¿qué quería? ¿qué buscaba? ¿quería mi alma? ¿quería mi vida?... De ninguna tengo respuesta.