No envejezco sino evoluciono.
Mis arrugas son la huella del conocimiento
escrito en la piel.
El tiempo me ha aportado instantes
que han nutrido mi mente,
he madurado con ellos,
y me han enriquecido.
Siento que mi alma es eterna.
Ella no entra en conjugaciones de tiempo y espacio.
Ella habita libre en ese cuerpo
que tras el deterioro físico llegará
a su fin para iniciar un viaje etéreo.
Como explicar que partio de mi una barca llevandome...
ResponderEliminarA.P
Difícil A.P, difícil, pero podrías intentarlo. Quizás ayudarías a encontrar más de una respuesta.
ResponderEliminarSaludos
Por cierto, ¿quien eres?
El devenir de dos tiempos a contramano: la decadencia física y el ascenso espiritual.
ResponderEliminarLa primera, inexorable, la segunda, deseable. Las dos caras de una misma moneda?
Saludos desde Buenos Aires.
Las dos forman parte de mí, hasta que el cuerpo me lo permita.
ResponderEliminarSaludos
Si personas gloriosamente bellas como Sofía Loren o Paul Newman, han envejecido con dignidad, nosotros que hemos sido meramente bellos deberíamos aprender de su ejemplo y no lamentarnos demasiado por la irremisible pérdida (que quizá no sea tanta, por cierto).
ResponderEliminarBesos, espectadora.
Muy acertado ejemplo Herman.
ResponderEliminarYo, después de disfrutar de la vejez, cambiaré mi vestido por un ligero velo que cubra mi alma en ese viaje eterno. Pues ni siquiera pienso que sera una pérdida, sino un cambio, un desencuentro de cuerpo y alma, no más.
Besos y gracias por venir
De verdad que la vida es de etapas, y cada una de ellas tienen cosas tan ricas para ser disfrutadas a plenitud que no me convenceran jamas que la vejez pueda ser un problema...
ResponderEliminarSon las formas y las maneras....
Un beso
Poder llegar a disfrutar de la vejez será todo un logro en este trayecto.
ResponderEliminarUn beso abusus.
Un placer que mis personajes ilustren tan hermoso texto .
ResponderEliminarUn saludo Javier